lunes, 9 de diciembre de 2013
Resaca Maratoniana - IV Maratón Internacional Ciudad de Castellón
La gente dirá que estoy loco, pero el dolor generalizado después de 3h28'48'' (TReal) corriendo para completar mi primer maratón es el mayor obsequio que uno puede recibir.
La medalla muy chula (aunque el 95% de las cintas se despegasen antes de atravesar el pasillo de los masajistas), la toalla muy útil (algo de frío mientras esperas el masaje post-carrera), y la pizza manjar de dioses. Pero nada iguala la sensación de ser un finisher. Músculos engarrotados, andares que serían la envidia de una pasarela zombie y cierta cara de echo polvo son las consecuencias del trabajo bien hecho.
La carrera comenzó bien. Carriles distintos para maratón y 10k, ambos muy anchos para evitar aglomeraciones, y música motivante. Quedaban 42.195 metros por delante.
Arranco desde el cajón de sub 4h (el de sub 3:45 había desaparecido para mi sorpresa), por lo que debía dar alcance al globito lo antes posible. Tras un kilómetro siguiendo al técnico, decido subir el ritmo. Me encuentro bien, el desayuno ha sentado como un buen entrecot en su punto, y el calentamiento ha dejado la musculatura totalmente preparada. Alcanzo al técnico de 3:30 y me quedo a su lado, con bastante gente alrededor. Van pasando los kilómetros y me siento bien, ritmo cómodo casi conversacional. Llega el kilómetro 11 y momentazo de la carrera. Llegamos a la que en el kilómetro 3,5 aproximadamente era la separación de la carrera entre 10k y 42k, pero ahora nos toca seguir recto. La liebre, en un acto que le honra, decide ir quitando los conos que separaban los carriles, pero no da a basto, por lo que algunos se quedan por el camino. Sin saber como, un cono llega a mis manos. Miro a mi alrededor, no sé como librarme de él, así que CONO VA!!! Me deshago del megáfono improvisado lanzándolo sobre la acera, sin que ningún coche sea diana del mismo. Risas y gritos de vándalo, antisistema. La carrera continúa.
Pasado el km 15 me siento un poco frenado, por lo que dejo atrás el globo de 3:30 y me uno a una pareja de corredores en la bajada al Grao. Se convertirían en mis compañeros durante, al menos, 10 kilómetros. llegada al Grao, media maratón y hacia el centro otra vez acompañado por El Sana en bicicleta. Se acerca el momento más temido por todo maratoniano, y sobretodo para aquellos que nos enfrentamos a la distancia de Filípides por primera vez.
Sabía que sería duro, pero no me imaginaba el muro como aquello. Kilómetro 30 y mis compañeros dan un pequeño tirón, no se que hacer, pero decido aguantar mi ritmo. Queda mucha carrera. Llegando al 33 les vuelvo a alcanzar. Seguimos juntos un par de kilómetros y nos volvemos a dividir. Uno aprieta, y el otro se hunde. Trato de animarle pero las fuerzas escasean.
Estos kilómetros se hacen eternos, la distancia que había cogido con el técnico de 3:30 comienza a reducirse, pero a lo lejos veo el cartel de 39. Sólo quedan 3 y pico. Fiesta hormonal en mi cuerpo y me vengo arriba. Saco fuerzas de donde no las hay para incrementar muy ligeramente el ritmo.
El final se acerca. 40, 41... Mi padre acompañado por unos amigos esperan en la farola, apenas queda un kilómetro, no queda nada. La emoción lo puede todo y último apretón. Adelanto a unos pocos corredores que no quieren suicidarse y encaro la meta. Bajar de 3h30' está hecho, sólo falta atravesar la meta. (en la retina en esos momentos, la llegada a meta de un hombre en el Maratón de Valencia que a 200 metros tuvo que ser ayudado para cruzar la meta, las piernas no le respondían). Éxtasis, orgasmo o quien sabe como llamar a ese momento, cruzas el arco con el crono en 3h29'33'' (T.Oficial). las expectativas más optimistas fueron superada, con sufrimiento, y en ciertos momentos dolor, pero objetivo cumplido.
La gente pregunta: - ¿Repetirás?. Y tú con media sonrisa en la cara les respondes: - Por supuesto.
Por último, pero más importante, agradecer a toda la gente que me ha apoyado, familia y amigos, y como no a la organización, nada que reprochar, excepto quizás el tema de la medalla. Habituallamientos de 10, y servicios post-carrera de 12.
Y recordar, el dolor es temporal, pero el orgullo es eterno.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Enhorabuena ! Maratón aprovada...Y CON NOTA !
ResponderEliminar