Después del parón navideño toca calzarse de nuevo las zapatillas y seguir entrenando. Unos lo habrán hecho más corto y otros más largo, pero lo cierto es que en estas fechas se reduce el número de entrenamientos.
La familia, las compras y los regalos nos hacen olvidarnos un poco de aquello que nos mantiene en forma, pero por otro lado, puede también hacernos volver con más fuerza a nuestras rutinas de entrenamiento.
Enero es época de gimnasios a reventar y rutas del colesterol más colapsadas que las propias arterias. En el caso de los primeros, suelen aumentar sus fichas en más de un 20%. Pero suele ser un espejismo, ya que la mayor parte de estos nuevos clientes, durarán menos de dos meses, pudiendo incluso dejar a medias el primer mes. Es lo que tienen las promesas de año nuevo, una motivación momentánea que se pierde al levantarse de la cama.
Por este motivo, ahí van algunas recomendaciones para que la motivación no decaiga y cada día nos levantemos con más ganas de entrenar.
1. Aprovecha las rebajas. Unas zapatillas, un GPS, unos calcetines... Por increíble que parezca, el hecho de estrenar algo nos ayuda a realizar nuestra actividad favorita con más ganas. Unos simples calcetines nuevos nos ayudarán a volver al trabajo sin ser tan remolones.
2. Horario reservado. Busca en tu día a día una hora en la que no tengas previsto realizar ningún tipo de actividad, y haz de este tiempo tu tiempo de entrenamiento. Si terminas de trabajar y vuelves a casa, el sofá será como un agujero negro que te absorberá, por lo que lleva siempre contigo tu kit de entrenamiento. Pensar que con el fin del trabajo empieza la diversión te ayudará a que esas pesadas últimas horas de curro pasen más deprisa.
4. Márcate un objetivo. Correr por correr se puede hacer aburrido. ¿Alguna vez coges el coche para dar vueltas sin sentido? Pues lo mismo pasa con el ejercicio, el establecimiento de una meta será el paso principal que dará un sentido a nuestro entrenamiento, y del mismo modo sabrás para qué entrenas.
5. Planifica tus entrenamientos. ¿Cuántas veces has salido de casa sin saber qué ibas a hacer? Una planificación detallada del entrenamiento te hará pensar en él desde el mismo momento en que lo diseñas. Los kilómetros, el ritmo, las pausas. Debes establecer todos los parámetros antes de cruzar la puerta de casa.
6. Individualiza tus entrenamientos. Haz tuyo tu entrenamiento. Existen cientos de modelos de entrenamiento en la red, unos mejores y otros peores, como todo. Pero no debes olvidar que no todo nos funciona igual a todos. Debemos buscar un equilibrio entre nuestros objetivos y nuestro estado de forma. ¿Te plantearías correr un maratón si no eres capaz de correr sin para una hora? Busca planes de entrenamiento que se adapten a tu nivel.
7. Celebra tus derrotas. Seguro que alguna vez has "pinchado" en la consecución de algún objetivo. Que este tropezón te sirva para mejorar y modificar aquello que te ha hecho fallar, no decayendo en tu intento por lograr tu pequeño éxito.
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